Todas las compras que realizamos atacan directamente a la parte del cerebro del consumidor que busca satisfacción.

Cuando se establece un descuento a un producto, se inicia un juego de gato y ratón entre el ofertante y el consumidor. Es un juego de inteligencias, de estrategias psicológicas y de conocimiento humano y social.

El efecto del descuento hace que el consumidor considere que está aprovechando una debilidad del ofertante porque adquiere el producto rebajado. Se genera la expectativa de haber realizado una buena compra. Donde el consumidor se siente poderoso respecto al producto.


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